El movimiento comenzó el 7 de octubre de 2019 tras el aumento de las tarifas del transporte público (que ya representan el 30% del salario mensual de la mayoría de la población). El movimiento recibió el nombre de “La revuelta de los 30 pesos”, debido a la cuantía del aumento de la tarifa, que ascendía a 30 pesos. El 7 de octubre, un movimiento masivo de fraude en el transporte público tomó forma contra el aumento de las tarifas, iniciado por la juventud estudiantil. El movimiento de fraude duró dos semanas y, en respuesta, las autoridades cerraron un gran número de estaciones y establecieron una fuerte presencia policial en el sistema de transporte. Al mismo tiempo, el 18 de octubre, tuvo lugar una gran manifestación en Santiago, la capital. Se registraron los primeros enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Las reivindicaciones se ampliaron rápidamente: el pueblo chileno protestó contra la liberalización de la economía iniciada por Pinochet, la privatización de los servicios públicos, la desigualdad y el elitismo de la educación chilena y, sobre todo, las fuertes desigualdades sociales. Exigían una renovación política y una verdadera justicia social. Las manifestaciones se sucedieron y se produjeron importantes disturbios (se incendiaron estaciones de metro y cabinas de peaje). El 19 de octubre, el Presidente Piñera anunció el estado de excepción, cerró las universidades y las escuelas e instauró un toque de queda de 22 a 7 horas. También suspendió el aumento de las tarifas de transporte, pero el movimiento no se debilitó: el pueblo exigió la redacción de una nueva constitución y las manifestaciones se convirtieron en una revuelta. La represión se intensificó con munición real y numerosos actos de violencia policial. Los sindicatos chilenos convocaron una huelga general el 21 de octubre. En esta fecha, los rebeldes invadieron los locales de las televisiones, acusados de servir al gobierno ocultando la realidad de los hechos. El presidente habló el 22 de octubre, tras la difusión accidental de imágenes de violencia policial en los informativos de televisión, pero el pueblo no quedó satisfecho con sus escasos anuncios y el 25 de octubre más de un millón de manifestantes marcharon por las calles de Santiago. El 27 de octubre, 8 ministros dimitieron. El movimiento continuó hasta febrero de 2021, pero se detuvo por el confinamiento de la población debido a la crisis sanitaria de Covid-19.
El movimiento se reanuda en septiembre de 2020 con nuevas manifestaciones y se producen avances: en octubre se celebra un referéndum sobre la necesidad de una nueva constitución, que gana ampliamente el pro (con un 78%) y en mayo de 2021, el pueblo consigue la elección de una asamblea constituyente, encargada de redactar una nueva constitución.